Seguramente conoces alguna historia de terror en torno a los abusos de poder de líderes espirituales. Tan solo Netflix está lleno de series sobre supuestos hombres de Dios que terminaron manipulando comunidades enteras para sus propios placeres y beneficios. Tristemente, esto también ha sucedido dentro de la iglesia cristiana.
Esto ha llevado a muchos a salir heridos de las congregaciones para nunca querer regresar. A otros les ha llevado a permanecer en las congregaciones con un corazón escéptico, alejado del servicio y de la vida en comunidad. Y a muchos otros les cuesta entender que esas personas están usurpando la autoridad y la gloria de Dios, por lo que viven engañados, manipulados y atemorizados.
Hermanas, estos supuestos pastores no pueden estar más alejados del corazón manso y humilde de nuestro Buen Pastor Jesucristo. En este artículo hablaremos sobre el estar sujetas a nuestros pastores, pero quiero aclarar que la Biblia describe a los pastores que el Señor ha instituido y la manera en que deben de conducirse (1 Timoteo 3:1-7, Tito 1:5-9, 1 Pedro 5). Si alguien se llama pastor pero abusa de su autoridad desviándose del Señor y Su Palabra, sin arrepentimiento, él no es un siervo de Dios. A los tales, no debemos de sujetarnos, huye de ese lugar.
Es importante recordar que los pastores también son ovejas. Ellos están igualmente necesitados de la gracia de Dios que nosotras. Ellos no son perfectos, están creciendo junto con toda la iglesia, y siendo constantemente santificados por el Espíritu Santo. Esto quiere decir que no es bíblico esperar perfección de ellos, sin embargo, sí debemos esperar pastores piadosos que anhelen ser más como Jesús. A estos pastores imperfectos, pero que buscan ser fieles a Dios, es a quienes estamos llamados a sujetarnos.
Los exhorto, hermanos (ya conocen a los de la casa de Estéfanas, que fueron los primeros convertidos de Acaya, y que se han dedicado al servicio de los santos), que también ustedes estén en sujeción a los que son como ellos, y a todo el que ayuda y trabaja en la obra. 1 Corintios 16:15-16
Veamos algunas razones de por qué debemos sujetarnos a la autoridad pastoral bíblicamente aprobada:
Dios los ha llamado a pastorear
Tengan cuidado de sí mismos y de toda la congregación, en medio de la cual el Espíritu Santo les ha hecho obispos para pastorear la iglesia de Dios, la cual Él compró con Su propia sangre. Hechos 20:28
Es Dios quien los ha hecho pastores. Aunque la iglesia da fe de ese llamado, y ellos dan fe del anhelo de pastorear, es solamente Dios quien los ha constituido pastores de Su iglesia. Si Dios nos compró con Su propia sangre, y en Su soberanía y amor instituyó a nuestros pastores como nuestros pastores, podemos confiar en que hacemos bien en sujetarnos a ellos.
Porque su autoridad es delegada
Los pastores tienen autoridad, la Biblia lo deja claro. Pero cualquier autoridad que un pastor pueda tener es una autoridad delegada por Dios. Esto quiere decir que al sujetarnos a pastores sujetos a Cristo, estamos sujetándonos a Cristo mismo. Ellos no están llamados a ofrecer sus opiniones, ideales o sugerencias. Ellos han recibido la tarea de enseñar y proclamar la mismísima Palabra de Dios. Debemos sujetarnos a nuestros pastores, siempre y cuando representen y ejerzan la autoridad de Dios plasmada en Su Palabra. A estos pastores debemos de sujetarnos con gusto y humildad.
Porque cuidan de nosotros
Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey. Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria. 1 Pedro 5:2-4
Una evidencia de la gracia de Dios en la iglesia es que Él instituyó pastores. El Señor ha llamado a hombres a cuidar de Sus ovejas hasta que Él regrese para colaborar junto con Él en la santificación, cuidado, y equipamiento de los Santos. Él los ha capacitado con Su gracia y Su Espíritu para esta ardua labor a favor nuestro y de la gloria de Dios. ¡Qué regalo tan grande! Gracias a Dios por los pastores que velan por nosotros, que dependen del Señor y son ejemplos para nosotros. Y que tierna y pacientemente nos consuelan, animan y exhortan en los caminos de Dios.
Porque oran por nosotros
Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra. Hechos 6:4
Nuestros pastores llevan nuestros nombres constantemente delante de Dios. Ellos escuchan nuestras luchas, temores y pecados, y llevan nuestro caso en oración. Ellos oran glorificando a Dios al reconocer su debilidad, y a la vez, el poder de Dios para socorrernos. Y cuando Dios responde a sus oraciones y obra en la vida de sus ovejas ellos glorifican a Dios porque Él hizo la obra.
Qué alegría sujetarnos a pastores que aman tanto nuestras almas que constantemente acuden al trono de la gracia pidiendo y agradeciendo por nosotros.
Porque rendirán cuenta a Dios
Obedezcan a sus pastores y sujétense a ellos, porque ellos velan por sus almas, como quienes han de dar cuenta. Permítanles que lo hagan con alegría y no quejándose, porque eso no sería provechoso para ustedes. Hebreos 13:17
Nuestros pastores rendirán cuenta de su labor a Dios. Esto es una realidad que todo pastor debe tener constantemente delante de él. La labor del pastorado no sólo es difícil, también es santa. Tiene alegrías sin fin, tristezas inimaginables, pero sobre todo, implicaciones serias. Un día, tu pastor estará delante del Señor de la grey y le pedirá cuenta de su servicio. Esto debe llevar a todo pastor a temer al Señor, examinar sus caminos, buscarle constantemente en oración y depender de Su gracia toda su vida. Pero esta realidad también debe de llevar a las ovejas a honrar y alentar a sus pastores, orar por ellos, y sujetarnos para aligerar su labor.
Al obedecer y sujetarnos a nuestros pastores colaboramos con ellos en el avance del Reino de Cristo. Ellos hacen su labor con alegría y mayor efectividad, y nosotros crecemos y damos gloria a Jesús. No se trata de tus pastores ni de nosotros, se trata de Jesús.
Él ha ordenado a Su iglesia, nos ha hecho miembros los unos de los otros, nos ha dado distintos dones y ministerios, nos dio a Su Espíritu Santo, Su Santa Palabra y Sus promesas, todo para la edificación y santificación de la Iglesia para el día de Jesucristo.
Gocémonos en la sabiduría de Dios al darnos pastores. Da gracias a Dios si te ha dado pastores que evidencian Su gracia. Pidámosle que levante más pastores conforme a Su corazón, y sujetémonos a ellos para nuestro bien y la gloria de Dios.
Os rogamos, hermanos, que reconozcáis a los que trabajan entre vosotros, y os presiden en el Señor, y os amonestan; y que los tengáis en mucha estima y amor por causa de su obra. Tened paz entre vosotros. 1 Tesalonicenses 5:12-13